El cuestionario que ofrecemos a continuación presenta las características que suelen caracterizar a los meteoritos. Le ayudará a decidir si vale la pena recoger una piedra de aspecto poco corriente para hacerla examinar.
Si ha respondido "Sí" a todas las preguntas, es posible que se trate de un meteorito metálico y valdría la pena hacerlo examinar.
Si tiene una muestra que valga la pena examinar, debería llevarla a la universidad o al museo geológico más cercano.
No se desanime si en la Universidad o en el Museo le dicen que no se trata de
un meteorito. Hay muchos tipos de rocas, especialmente las volcánicas, que se
parecen bastante a los meteoritos. En algunos casos sólo las podría distinguir
un experto tras un cuidadoso análisis. Algunos tipos de rocas terrestres se
suelen confundir con meteoritos:
(1) las rocas de los desiertos pueden
desarrollar por acción bacteriana una pátina parecida a una corteza de fusión.
(2) la magnetita de origen volcánico y otros óxidos de hierro son densos y
pueden tener la superficie de color pardo.
(3) los pedazos de escoria
metálica procedentes de una fundición o de una mina pueden tener formas raras
parecidas a las de los meteoritos metálicos.
(4) las rocas erosionadas por el
viento y la arena, o "ventifactos", pueden presentar una superficie semejante a
la de meteoritos con superficies orientadas de ablación o a cortezas de fusión.
(5) Las lágrimas de apache parecen tectitas, aunque en realidad son
resíduos esféricos vítreos procedentes por meteorización de una colada
volcánica.
Dado lo difícil que resulta distinguir algunos materiales
terrestres de los meteoritos y otros objetos relacionados, le recomendamos que
se ponga en contacto con el Museo o la Universidad siempre que encuentre una
muestra con las características descritas anteriormente.
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