Un paso crucial en el surgimiento de la vida en la Tierra fue la síntesis de moléculas orgánicas más grandes a partir de componentes químicos básicos como el amoníaco, el dióxido de carbono, el agua y el metanol. La presencia de aminoácidos y otros compuestos orgánicos complejos en cometas y meteoritos demuestra que la síntesis orgánica probablemente ocurrió en el sistema solar temprano. Los azúcares como la ribosa son una clase de moléculas esenciales precursoras de importantes productos bioquímicos, como el ácido ribonucleico (ARN) y otros carbohidratos complejos necesarios para la expresión genética y la actividad metabólica. Un estudio dirigido por Yoshihiro Furukawa de la Universidad de Tohoku en Japón encontró ribosa y otros azúcares bioesenciales en tres meteoritos de condrita carbonosa. La vía probable de síntesis fue a través de una reacción tipo formosa, un proceso en el que se forman azúcares simples a partir de la condensación de formaldehído. A través del análisis de las texturas mineralógicas de los meteoritos, se descubrió que los azúcares extraterrestres se formaron tanto antes como después de la acreción de sus asteroides originales. Este hallazgo sugiere que la síntesis de azúcares, como la ribosa, a través de procesos geológicos naturales fue posible en lugares en el sistema solar temprano, además de la Tierra. Los meteoritos pudieron haber transportado azúcares extraterrestres a la Tierra primitiva y, por lo tanto, pueden haber contribuido a la formación de ARN en la Tierra. LEE MAS