Caracterización de una caída de meteorito reciente en Mahadeva, India

Panda, Ray, y Shukla, 2020.

Panda, Ray, y Shukla, 2020.

Las caídas de meteoritos observadas en tiempo real siempre provocan entusiasmo en la comunidad científica planetaria porque si se recogen de inmediato, dichas caídas están relativamente libres de contaminación por el medio terrestre. El 22 de julio de 2019, se vio caer un meteoro sobre la aldea de Mahadeva, en el distrito de Madhubani situado en el estado de Bihar de la India. Los testigos vieron el impacto del meteorito a plena luz del día, que había creado un agujero de 1.5 metros de profundidad en un campo de arroz. El meteorito pesaba aproximadamente 15 kilogramos y actualmente se encuentra en el Museo de Ciencias de Patna. Sin embargo, una pequeña parte del meteorito fue enviada al Laboratorio de Investigación Física en Ahmedabad, India, donde Dipak Panda y sus colaboradores realizaron un análisis de su textura y composición química.

El meteorito se parece a una condrita ordinaria porque contiene condrulas relictas, pequeños objetos esféricos de textura fundida que se formaron en la nebulosa solar temprana. Las condrulas varían en tamaño desde unos pocos cientos de micrómetros hasta más de dos milímetros de ancho, y están formadas por varios minerales que contienen componentes como hierro (Fe) y sílice (SiO2). Además de los cóndrulos, el meteorito contiene granos de metal y aleaciones metálicas. Dipak Panda y sus colaboradores usaron como referencia las composiciones de varios minerales para inferir que el meteorito experimentó temperaturas de aproximadamente 800 °C. Estas temperaturas categorizan al meteorito como tipo petrográfico 5/6, lo que significa que experimentó un metamorfismo térmico significativo (el tipo 3 no se calienta, mientras que los tipos 4 a 6 se han calentado progresivamente). Además, este meteorito se puede clasificar como condrita H (condrita ordinaria con alto contenido de hierro) en función de su mineralogía y composición mineral. Las condritas recién caídas son particularmente valiosas para la comunidad científica planetaria porque normalmente contienen material muy antiguo (~4.55 millones de años) de la nebulosa solar temprana que no ha sido alterado por la meteorización terrestre. Por lo tanto, pueden proporcionar a los científicos una gran cantidad de datos nuevos que brindan información sobre los primeros procesos del sistema solar. LEE MAS