Los mares hidrotermales en Marte pudieron haber sido impulsados por calor radiogénico

Crédito:  NASA / JPL-Caltech / Univ. de Arizona (PIA22588).

Una imagen del Mars Reconnaissance Orbiter que muestra arcillas de aguas profundas alteradas hidrotermalmente, que se encuentran en el fondo de la cuenca de Eridania. Crédito: NASA / JPL-Caltech / Univ. de Arizona (PIA22588).

Existe abundante evidencia de que el antiguo Marte poseía agua en su superficie. Las rocas de la era noeica (3.7–4.1 mil millones de años) muestran evidencia de minerales hidratados, redes de valles, lagos, y costas que solo podrían haberse formado por la presencia de agua superficial. El calor que generó y mantuvo esta agua líquida en la superficie relativamente fría del Marte antiguo podría provenir de una variedad de fuentes, como por ejemplo intrusiones magmáticas, vulcanismo, calor de impactos gigantes, y atmósferas generadoras de un efecto invernadero temporal impulsadas por procesos geoquímicos. Sin embargo, todos estos procesos son relativamente de corta duración. Para producir las características hidrotermales observadas, algunas de las cuales podrían haber tardado cientos de millones de años en formarse, se requiere una fuente de calor de mayor duración.

Un equipo dirigido por Lujendra Ojha de la Universidad de Rutgers sostiene que el calor generado por la desintegración radiogénica de elementos pesados podría explicar algunas de las características hidrotermales observadas en Marte. El equipo estudió la cuenca de Eridania, una serie de impactos antiguos que se llenaron de arcillas de aguas profundas durante el el período noeico. Probablemente, la cuenca era un mar cubierto de hielo en ese momento, y la cantidad de arcillas encontradas allí habría tardado cientos de millones de años en formarse; demasiado tiempo para ser originadas por fuentes hidrotermales de corta duración como impactos o intrusiones de magma. El espectrómetro Gamma Ray Spectrometer a bordo de la misión Mars Odyssey mostró que el área es rica en elementos productores de calor como el torio, el potasio, y el uranio, cuyas vidas medias son de miles de millones de años. Extrapolando el actual flujo de calor de la corteza producido por estos elementos al período noeico, el equipo de investigación estimó que estos elementos radiactivos habrían proporcionado suficiente calor para mantener la actividad hidrotermal durante cientos de millones de años por sí mismos.

El equipo respaldó sus hallazgos con dos observaciones adicionales. Primero observaron que la forma de los cráteres de Eridania indica que no se han relajado con el tiempo. El equipo concluyó que la actividad hidrotermal transfirió calor fuera de la litosfera más rápidamente en esta región, dejándola más rígida y menos propensa a relajarse. También observaron que el área circundante tiene un campo magnético cortical relativamente fuerte, que es consistente con la alteración hidrotermal a largo plazo del mineral magnzetita debajo de la cuenca de Eridania.

En conjunto, estos hallazgos sugieren que el agua podría haber persistido en la superficie marciana en algunos lugares durante muchos cientos de millones de años sin la necesidad de fuentes de calor poco duraderas. Por lo tanto, tales lugares podrían ser de interés astrobiológico como lugares donde la vida pudo haber tenido el tiempo y las fuentes de energía a largo plazo necesarias para desarrollarse. LEE MAS