Crédito:  NASA/JSC.

Las muestras volcánicas lunares proporcionan una ventana al interior de la Luna, registrando información sobre las etapas de su evolución, como la formación, la diferenciación y el vulcanismo posterior. Por ejemplo, las variaciones en la composición isotópica de azufre dentro de las muestras volcánicas proporcionan información sobre la generación y el derretimiento de las regiones de origen del manto, la extracción del derretimiento y la eventual erupción en la superficie. Las composiciones de fusión inicial se conservan mejor en vidrios volcánicos individuales y las inclusiones de fusión atrapadas en cristales de olivino formados temprano en lugar de lavas a granel. Alberto Saal de la Universidad de Brown y el fallecido Erik Hauri de la Carnegie Institucion de Ciencias han proporcionado las primeras mediciones in situ de las proporciones de isótopos de azufre en muestras de las colecciones Apolo 15 y 17 utilizando espectrometría de masas de iones secundarios a nanoescala.

Los resultados de este trabajo muestran una correlación positiva entre la composición isotópica de azufre y el contenido total de azufre dentro de cada grupo de muestras. Esta variación se explica mejor por el proceso de desgasificación magmática, en el que los volátiles inicialmente disueltos en un magma se exponen a una fase gaseosa y escapan durante el transporte de la masa fundida o la erupción. Los nuevos datos de isótopos de azufre son consistentes con trabajos previos sobre cloro y otros elementos volátiles que sugieren desgasificación magmática. En particular, las nuevas mediciones demuestran cómo los isótopos de azufre pueden verse afectados por procesos ígneos en la Luna. En particular, proporcionan nuevas restricciones al modelo de formación predominante para la Luna, que postula que un impactador gigante chocó con la Tierra primitiva, produciendo la Luna principalmente a partir de material terrestre. Después de tener en cuenta la desgasificación, las composiciones isotópicas de azufre de la Tierra y la Luna son más similares de lo que se pensaba anteriormente. Sin embargo, queda un debate sobre si eran idénticos. Los nuevos datos obtenidos en este estudio deben tenerse en cuenta en futuros estudios que examinen el sistema Tierra-Luna. LEE MÁS